martes, 26 de junio de 2007
El Cordobés, Liria y Javier Conde abren la puerta grande de Alicante
L.C./D.F.
La última corrida de la Feria de Alicante supuso el apoteósico final ya que se cortaron ocho apéndices y los tres matadores salieron por la puerta grande del coso de la Plaza de España. Se lidiaron toros de Vegahermosa y de Jandilla. Los astados, salvo el primero, fueron buenos, con bastante casta y dieron buen juego.
Con esta materia se inició la corrida con El Cordobés. El diestro inició su lidia lanceando a su toro, que recibió dos puyazos. Después de las banderillas, se llevó al toro al centro del ruedo para dar unos derechazos y naturales, con mucho valor, haciéndole el péndulo al toro. Tuvo que darle cuatro entradas al astado para que cayera, recibiendo aplausos. En su segundo, después de un puyazo y brindar la faena al público, sacó el toro a los medios con unos buenos derechazos y naturales, con mando y temple, cerrando todo ello con pases de pecho. Terminó la faena con adornos, entre ellos, el salto de la rana y muy cerca de los toriles se echó a matar pegándole una buena estocada que le valió las dos orejas.
Pepín Liria, que sustituyó a El Fandi -que sufrió una fractura en un dedo en la Feria de León-, recibió al astado de rodillas con una revolera, con lo que logró aplausos. Un puyazo y brindis al público. Continuó en el centro del ruedo, de rodillas, dándole al astado cuatro pases por alto. Pepín Liria se levantó y continuó con derechazos y naturales rematando con el de pecho. Acabó su faena con una estocada y logró dos orejas. Indicar que al tirarse a matar el cuerno del astado le golpeó en el labio, causándole una herida sin gravedad y pasó a la enfermería. El sexto toro salió con mucho ánimo, dándole unos buenos lances y recibiendo un puyazo, que lo dejó casi entero. Se le colocaron banderillas y lo brindó al público. Inició su faena con un trasteo, saliendo con el mismo hasta el centro del ruedo y rematando con el de pecho. Derechazos y naturales y cuando más emocionante estaba toreando, fue cogido pero sin consecuencias. Continuó con pases de adorno para pasaportar al astado un pinchazo y estocada sin puntilla, llegando a sus manos las dos orejas.
Javier Conde empezó su faena con dos verónicas y una media de muy buen gusto. Un puyazo y un pinchacitos. Tras las banderillas, sacó al toro a los medios, dándole unos derechazos y el de pecho. A continuación, renunció a seguir toreando por haberle hecho el toro un extraño, lo que dio lugar a que le pitaran. Tres pinchazos, media estocada y más pitos. En su segundo, inició su faena con un trasteo, mezclando varios pases y terminando con una chicuelina. Tras un puyazo y banderillas, brindó al público. Ejecutó dos tandas de naturales con un buen son, adornándolas con muchos pases, logrando los aplausos del público, lo que le animó a continuar con su forma un poco teatral de hacer los adornos. Con un pinchazo y estocada, después de un aviso, le concedieron las dos orejas.